A Héctor interlocutor



Prefacio

Hace poco más de dos años me encontré a Héctor en la cafetería de la universidad. Como siempre que nos vemos, hacía tiempo que no nos veíamos. No habíamos programado tomarnos un café. Por puro azar, esa mañana yo decidí dejar de lamentarme por quién sabe qué tontería, salir de la cama y dar un paseo por el campus. Él llevaba consigo un montón de hojas. Me las mostró.

Para mi sorpresa, se trataba de un par  de mis cuentos. Y no sólo eso: eran mis cuentos comentados por profesores del departamento de Humanidades. No entiendo, le dije. Les pedí que los leyeran, respondió.

Esto no parece un cuento sino el comienzo de algo más, se leía en tinta azul sobre uno de los márgenes (evidentemente, no era un buen cuento).

Que yo esté en Barcelona es consecuencia directa de ese mediodía fortuito.

Los tiempos modernos

No sé por qué Héctor eligió este texto para su proyecto literario en las calles de Cholula. No tiene nada que ver con ella, con Cholula la bella. Aunque es cierto que lo escribí yo y que todo lo mío tiene que ver con Cholula. Gracias a Héctor -a su ganas, a su creatividad, a su no poder estarse quieto desde que el reloj marca las seis de la mañana- Cajas (fragmento completo) puede ahora leerse en esa ciudad milenaria sobre la que nos volvimos, más o menos, el principio de algo que creímos querer ser; de lo que aún creemos querer ser, por necios. Por pinches genuinos.

La Ilíada de Rivadavia

Héctor: nunca tendremos Troya. Pero siempre, siempre, nos quedará Cholula. Es nuestro París inacabable.

Epílogo

No sé si algún día tendré las palabras.

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Un pensamiento en “A Héctor interlocutor

  1. lauraaperezbP dice:

    Muchas felicidades Tania… te leo siempre que puedo, y me gusta mucho. saludos y sabes esas pequeñas conicidencias que te hacen cambiar tu rumbo de manera tan extrema son las mejores y las mas reales. Saludos desde LA Bella Cholula… La que a todos ha marcado…

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